Por fin ha llegado: ¡tu nuevo fregadero de acero inoxidable! El brillo de un fregadero recién instalado atraerá miradas de admiración. Si quieres mantenerlo así, tienes que saber cómo hay que limpiar y cuidar correctamente el acero inoxidable. Esto incluye la limpieza diaria, la eliminación de la cal y la limpieza a fondo mensual.
El acero inoxidable se mantiene siempre igual: resistente y a prueba de oxidación. Esto se debe a que su recubrimiento pasivo se regenera constantemente. Debes limpiar a fondo tu fregadero de acero inoxidable para asegurarte de que siga brillando durante muchos años. Es especialmente importante eliminar todos los depósitos de suciedad y cal. Sin embargo, el fregadero no responderá bien a los productos de limpieza que contengan cloro o ácido clorhídrico. Las soluciones de cloruro de sodio fuertes que tardan demasiado tiempo en actuar, tampoco son adecuadas.
Pero, ¿qué pasa si veo un par de marcas de color naranja-rojizo diminutas en el acero inoxidable? Si el acero inoxidable entra en contacto con objetos oxidados, como el acero barato y sin protección, el óxido puede transferirse al fregadero. No tienes que preocuparte. Puedes limpiar el óxido con una esponja húmeda y un limpiador especial para acero inoxidable, y tu fregadero volverá a estar impecablemente limpio.